BELLEZA Y UNIVERSIDAD

012 - copia                    Rafael Montaner nos informa en el periódico Levante del veinticinco de noviembre pasado, de que ante un acto programado en la Universidad de Valencia, un grupo de dicha universidad se rasga las vestiduras y emite la invectiva que recojo a continuación entresacada del texto de la crónica del señor Montaner.

«La Universitat de València (UV) rendirá homenaje a San Vicente Ferrer», así lo anuncia el Capítulo de Caballeros Jurados del santo valenciano en su página web y en las invitaciones «al acto académico» que ha remitido el Lloctinent General de esta hermandad, José Francisco Ballester-Olmos. En ambos documentos se destaca que el homenaje, que tendrá lugar en el paraninfo de la Universitat el próximo martes a las 19.30 horas, «es un acto académico coorganizado por el Capítulo de Caballeros Jurados y la Universitat de València», en el que la UV «rendirá homenaje a nuestro Patrón San Vicente Ferrer, impulsor del Estudi General, embrión de la entidad académica».

Este «acto solemne de gratitud al Maestro Vicente Ferrer», así lo presenta Ballester-Olmos en las invitaciones, desató ayer las críticas de la Mesa de la Assemblea Interestamental de la UV, un órgano informal que reúne a profesores, estudiantes y personal de administración y servicios (PAS). Mediante un comunicado, dicho colectivo crítico con el rector Esteban Morcillo, denuncia que este homenaje «compromete el carácter aconfesional de la Universitat». «Homenajear en sede académica a un santo católico, por muy valenciano que sea, es un disparate y, aún más, una ofensa a la inteligencia y a la laicidad que caracteriza y es exigible en una institución universitaria cinco veces centenaria». «No podemos „añade la nota „aceptar en silencio este error injustificable. De ninguna manera nuestra Universitat puede actuar así. Los Caballeros Jurados pueden hacer lo que mejor consideren para homenajear a su santo, pero no lo pueden hacer en La Nau, ni lo pueden hacer contando con el vicerrector de Cultura para cerrar el acto, ni pueden anunciarlo como un homenaje de la Universitat de València». La Mesa de la Assemblea Interestamental reclama al rector Morcillo que «ordene la suspensión del acto». «Sería muy triste tener que manifestarnos a la puerta de nuestra casa para mostrar nuestro rechazo al homenaje», advierten.

O sea, que a los señores del mencionado órgano informal les parece impropio hacer un homenaje, en el seno de la Universidad, a alguien por el simple hecho de ser cristiano. Me parece abiertamente discriminatorio. Y teniendo en cuenta que el homenajeado es nada menos que al precursor de la propia UV al ser él el fundador, casi cien años antes, del Studi General, embrión de la actual Universidad, me parece severamente yermo.

Pero veamos en qué basan su criterio.

Punto 1º: «compromete el carácter aconfesional de la Universitat».

Quizás éste criterio sea la causa de que la Universidad de Valencia haya renegado de su historia, por ejemplo, eliminando de su escudo la imagen de la Virgen de la Sapiencia. ¡Qué peligroso es que la aconfesionalidad no sólo implique negar la realidad, sino que implique incluso renegar de la historia!

Aconfesional, según el diccionario de la RAE significa: “Que no pertenece o está adscrito a ninguna confesión religiosa”, es decir que una universidad aconfesional es aquella que no pertenece ni está adscrita a ninguna confesión o iglesia, cosa que como todos sabemos es el caso de nuestra universidad. Y ya está, ya es aconfesional, no hace falta que sus profesores, alumnos o personal administrativo o de servicios vayan cada día pregonando este hecho elocuente de su no pertenencia o adscripción o que para reafirmar su aconfesionalidad se crean en la tesitura de vetar a quienes, como personas físicas, si estén adscritas a una determinada confesión. Pues este es justo el caso, un veto, que es la consecuencia del criterio de estos señores como hemos leído. Claro que siguiendo en esa línea, habría que purgar, de entrada, a todo el claustro de profesores, a los alumnos, etc., o habría que censurar a todo pensador, científico o filósofo que se hubiera declarado cristiano. Y ese parece ser, de hecho, el ambiente generalizado en nuestras universidades.

Puede que alguno aduzca que no se le veta por ser cristiano, sino por hablar de Dios. Bien, entonces habría que apelar a la Declaración Universal de los Derechos Humanos para reclamar respeto por quienes creyendo en Dios, entiendan que las convicciones y la praxis deben ir de la mano para preservar la integridad personal.

Punto 2º: «Homenajear en sede académica a un santo católico, por muy valenciano que sea, es un disparate y, aún más, una ofensa a la inteligencia y a la laicidad que caracteriza y es exigible en una institución universitaria cinco veces centenaria».

Un disparate”, dicen… no está mal como argumento. Es “una ofensa a la inteligencia”, añaden, lo que me inclina a pensar que efectivamente hay inteligencias que se ofenden muy fácilmente, inteligencias hipersensibles, afectadas por una suerte de Síndrome de Estocolmo respecto a la ideología que las mantiene secuestradas. Pero además ven ofendida su laicidad, dicen, cuando lo que deberían confesar es que lo que resulta ofendido es su laicismo militante. Laicismo que por sectario es lo menos propio de una institución dedicada al conocimiento y al pensamiento durante cinco siglos, puntualizan ellos, obviando en qué medida son deudores del esfuerzo secular cristiano consistente en superar la aparente contradicción entre fe y razón, esfuerzo enorme si tenemos en cuenta las luchas intestinas y las contradicciones que han jalonado dicha lucha a lo largo de la historia. Curioso.

Punto 3º: «No podemos aceptar en silencio este error injustificable. De ninguna manera nuestra Universitat puede actuar así. Los Caballeros Jurados pueden hacer lo que mejor consideren para homenajear a su santo, pero no lo pueden hacer en La Nau, ni lo pueden hacer contando con el vicerrector de Cultura para cerrar el acto, ni pueden anunciarlo como un homenaje de la Universitat de València»

Es decir, en la Universidad no cabe, no ya San Vicente Ferrer, ni siquiera cabría buena parte de los 20 siglos de historia de la humanidad. Despreciando a tan importante parte del pensamiento occidental, entendemos el estado en que se encuentra el conocimiento en nuestras universidades.

Es muy curioso, realmente. En una época en la que hay una especial sensibilidad por conservar los bienes de la naturaleza con toda su diversidad, esforzándonos por preservar los ecosistemas en peligro y lograr adhesiones para cambiar la mentalidad consumista de esta sociedad, época en la que la lucha por conservar los logros sociales, que vemos dilapidados por la corrupción moral de muchos, y que es hoy una cuestión de primer orden para la sociedad y la política, época en la que un movimiento de solidaridad está recorriendo la sociedad en una lucha por conseguir que tanta gente en riesgo de exclusión pueda conservar su vivienda como el último reducto de su derecho a vivir dignamente, y… nos encontramos con esto. Y esto es que, para algunos, conservar la memoria de la UV, resulta ser un “disparate”. Con franqueza, imagino que lo que les pasa es que odian lo que esa historia significa.

¡Esa es una actitud conservadora! probablemente me diga alguien, pero lo cierto es que ¿quién no quiere conservar su puesto de trabajo, o su familia, o sus bienes, o su salud, o sus amigos, o su nivel de vida, o su tiempo, o su pelo, o su agenda… ?, por poner sólo algunos ejemplos. Sin embargo el colectivo que se opone al homenaje descrito, a pesar de ser, parte de ellos, docentes de una entidad a la que se le supone una cuota mínima de apertura de miras, no quieren conservar, no ya los valores que la hicieron posible, lo cual entraría dentro de lo comprensible, ni siquiera la memoria de ellos, y esto ya es otra cosa.

Reconozco que viendo el actual logo de la UV, me acordé del pasmo que me produjo ver el de Bancaja, ¡un monigote!, en aquel momento lo primero que me vino a la mente fue: ¡qué poca confianza genera una entidad que se identifica tan puerilmente! Hoy tal entidad ya ni existe y no dejo de pensar que aquella apreciación no iba tan desencaminada, de hecho su trayectoria ha ido en línea con su imagen. Pues bien, las declaraciones objeto de este comentario están en línea con lo que comento de Bancaja, y con el logo de la propia universidad. Ya se sabe, “xano xano…”

Abundando en esta percepción añadiré que la Mesa Interestamental autora de la actitud que comento, conminó al Rector a ordenar la suspensión del acto, como se puede leer en el resumen recogido más arriba, y el rector, Señor Morcillo, transigió y el acto no se celebró en la universidad. Esa es la libertad de la que cacarea la tal Mesa y esta es la respuesta, añadamos que un poco gallina, de nuestra UV.

La santidad es el adorno de tu casa” dice el salmo 93. No nos queda sino reconocer que la belleza no es precisamente una característica que acompañe a espíritus encogidos ni a actitudes timoratas como estas que nos acaba de ofrecer nuestra “Universitat”.

Acerca de Signos de los tiempos

Actualidad es la suma de las cosas que suceden, aquello que se dice sobre esas cosas y el modo en que nos afectan, y este conjunto conforma unos signos concretos y precisos que es posible interpretar. Esa es la luz que buscamos.
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